SUSPIRO
SUSPIRO Por Gustavo Cano Hace un instante tuve la tersa piel de tu rostro al alcance de mis suspiros, tengo la melancolía de la niña de tus ojos clavada en mis retinas, te quería conmigo, te quería para mí… Abruptamente despierto del sueño y me doy cuenta que fue hace un siglo o tal vez dos vidas anteriores, estás a una estrella de distancia o a una constelación ¡no lo se! Lo que si se es que la estrella eres tú. Y solo en los cuentos de Darío se pueden poner las estrellas en la solapa. Estás lejos y cada vez más lejos de mí… De nuevo suspiro, como en el sueño pero ahora tengo la esperanza de que este llegue hasta la estrella; la estrella que impertérrita titila melancólica en mi horizonte… Que llegue hasta ti.