OBISPO BOBADILLA



“No es nuestro el tiempo, la vida es breve y conviene velar cada uno sobre lo que tiene a su cargo”                                                                                                                                               Santo Toribio de Mogrovejo. 
OBISPO BOBADILLA
Por Gustavo Cano.

El domingo de resurrección del año 2008 leí en la Misa de 7 de la mañana la secuencia correspondiente a este día solemnísimo; por el tema de la colecta para la restauración del Calvario, fuí también a la Misa de las 10 de la mañana. En sacristía me encontré con nuestro obispo; para serles sincero, he de contarles acá en confianza que, me le estaba escondiendo un poco, pues hacía apenas unos días me había confesado con él y el rubor de la penitencia impuesta aún no se me había borrado de los cachetes; sin embargo, cuando me di cuenta estaba ya en su presencia. Al nada más verme me dijo: “Te vi en la televisión hoy más temprano…”; sentí que un electrizante escalofrío recorrió materialmente cada una de mis vértebras, pensé instantáneamente que de plano había metido alguna de las extremidades inferiores o ambas y que hoy si me corregiría nada más y nada menos que el Obispo, cabeza de nuestra iglesia particular y signo de nuestra unidad, que tiene por oficio enseñar, santificar y gobernar esta Diócesis dedicada a las maternales manos de María de la Inmaculada Concepción, (o sea, pensé hoy si me enseñan, santifican y gobiernan de un solo y como agravante frente a una docena de fans!), agache lo más que pude la cabeza y me dispuse a terminar de oír; lo que a continuación relato, por favor, que nadie lo tome como reclamo o proclama, simplemente los hechos, concluyó nuestro obispo diciendo: “…te felicito, salió muy bien” y siguió saludando a los servidores de esa mañana. En los años que llevo como agente de pastoral en nuestra amada Iglesia, es la única vez, que un ministro ordenado me felicita.
Traigo esta historia a colación para explicar un poco el motivo de este agasajo que la parroquia a querido dar en esta mañana a su excelencia Monseñor Rodolfo Francisco Bobadilla Mata, ya que su cercanía, su amistad, confianza y servicio pastoral, estuvo sin lugar a dudas, en estos 16 años, de manera particularmente preferencial enfocada a nosotros los de la Parroquia Inmaculada Concepción Catedral, Huehuetenango, lo que hace que sintamos de manera más próxima a nuestro corazón la necesidad de agradecer el hecho de haber conocido en nuestro Obispo a un buen pastor, que como afirma Aparecida, es un testigo cercano y gozoso de Jesucristo. Que seguramente ha visto la dignidad episcopal de la que está revestido, más que como un cargo, como un encargo, una misión, una vocación, un servicio. El cual sabemos bien los que bregamos en la barca de Pedro está llena de desafíos: el éxodo de fieles a las sectas, corrientes culturales adversas a Cristo, desaliento o escases de sacerdotes, la globalización y el mercantilismo, la secularización, la violencia, la pobreza, la injusticia y la cultura de la muerte, como bien lo apunta el documento conclusivo de la conferencia episcopal latinoamericana.
Mañana probablemente no será titular de cinco columnas en los periódicos, el servicio que usted ha prestado a esta porción del pueblo de Dios, lo cual es buena noticia, porque las buenas noticias no son buenos titulares. Pero si lo son las malas, los escándalos y muchas veces las calumnias. Desde esa torre, esa atalaya que es el obispado, su trabajo ha sido realizado desde la discreción, la humildad, la oración, la disciplina, el silencio y cuando ha alzado la voz ha sido por los sin voz, los desposeídos, los abusados o para poner orden en la casa cuando la necesidad así lo ameritó. Estos valores, ante la incertidumbre de los tiempos, se agigantan.
Decía Santo Toribio de Mogrovejo, Santo Obispo Patrono del Episcopado Latinoamericano, modelo de Evangelización y de Misión: “Nuestro gran tesoro es el momento presente. Tenemos que aprovecharlo para ganarnos con él la vida eterna. El Señor Dios nos tomará estricta cuenta del modo como hemos empleado nuestro tiempo”.

La parroquia pues, ha querido honrar este precioso momento presente, para dejar constancia de su trabajo pastoral en nuestra tierra, que ha sido un tiempo bien empleado, con una plaqueta que dice así:

GRATITUD A: 
Monseñor Rodolfo Francisco Bobadilla Mata. 
Por sus XVI años de servicio Pastoral a la Diócesis de Huehuetenango. 
Parroquia Inmaculada Concepción, 7 de Julio de 2012.

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