Levántate

¡Levántate, brilla, Huehuetenango, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!
P.  Maco parafraseando a Isaías 60, 1

¿Hacia dónde va la Parroquia?


Al finalizar el año lectivo 2013, me dispuse a ir a traer a los jóvenes de esta parroquia que se forman en la etapa de la Filosofía, en el Seminario Mayor de la Asunción. Revisé mi viejo picop y realice el viaje redondo. Al llegar a por estos alegres muchachos, que me esperaban ansiosos; pues hacía ya varios meses que no estaban con sus familias; note; además de la natural alegría de saberse a escasas horas de estar entre los suyos; una gran cantidad de cosas que a largo del año habían colectado: libros, zapatos, ropa de vestir, ropa de cama, guitarras y sabe Dios que más cosas, acomodadas entre cajas y mantas que de alguna milagrosa forma cupieron en la palangana, haciendo un menudo bultito. Lo atamos todo y tapamos malamente con un precario nylon y más raudos que una saeta, emprendimos el viaje de vuelta a casa.

Nos llovió durante todo el camino y navegamos casi a ciegas entre una espesa neblina, por lo que el viaje se prolongó en el tiempo más de lo esperado. Afortunadamente, al menos uno de mis acompañantes, traía plática de sobra, por lo que la elongación del trayecto le vino perfecta. Y en la curva más cerrada me preguntó… entonces ¿Hacia dónde va la parroquia?

Finalmente, luego de varias horas de camino (para mí de ida y venida), peregrinos que somos vislumbramos en lontananza nuestra ciudad santa y recordamos que volver a casa, siempre será la sensación que asemeje de forma más parecida, a descansar felizmente en las manos del Señor y proclamar el Salmo 84 ¡Qué amable es tu morada Señor del Universo!...

Pasados unos 800 metros de la bifurcación entre las carreteras CA01W y RN09N, fuimos cayendo en la cuenta, que nuestra morada, nuestro Huehuetenango, no es tan amable. Unos hermanos policías municipales de tránsito, nos hicieron la parada y nos explicaron que había que pagar un tributo para poder ingresar a la ciudad. Les explique que venía de Xela de ir a traer unos estudiantes, que no era un viaje de alquiler o colectivo y que no entendía la naturaleza del cobro. Amablemente el de los recibos nos explico que todos los vehículos cargados debían de pagar la citada alcabala (por llamarla de algún modo). Yo, evidentemente molesto les dije que no paga nada, por ser este un cobro a todas luces ilegal y dado que mi carga eran las pertenencias de mis amigos y no un flete comercial, pues menos. Tal vez mi rostro poco amigable y la cita de leyes, les hizo dejarme pasar. Sin embargo vi y sigo viendo como todos (particularmente el transporte de carga y colectivo) pasan pagando este arbitrio cuando existen precedentes legales que fijan jurisprudencia determinando que estos cobros riñen con la ley.

Y este es solo un ejemplo de los muchos desmanes que por acción u omisión seguimos permitiendo que autoridad responsable nos infrinja, sea esta de carácter local, departamental o nacional.

¿Hacia dónde irá la parroquia? Pues hacia donde los parroquianos queramos empujarla. Ahí está el despeñadero o las verdes praderas en las que habitaré por largos, largos años. Usted y yo decidimos.


*Presidente Consejo Parroquial.

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