Nuevo Pentecostés
¿Qué se necesita para
pasar de la clase media a la pobreza y de ésta a la extrema pobreza? ¡Enfermar!
NUEVO PENTECOSTÉS
Por Gustavo Cano*
N
|
ací en la década de
los setentas, en el siglo pasado, me cuenta mi madre de familia, que en la
víspera de esa mañana se fueron muy presurosos: ella, mi padre y mi abuela
materna al Hospital General, (Hospital Viejo le llaman ahora) por recomendación
de su doctor ya que era su sexto niño; todos mis hermanos mayores habían nacido
en el patio de la casa, por lo tanto a mí me tocó ser el primer bebe de
nosocomio de la familia (que nada tiene que ver con manicomio). La atención,
fue de primera, atestigua mi progenitora. Los doctores, comenzando por el
director el Doctor Vides Molina y quien le atendió el Doctor Rojas Guerrero,
ocupados en ella, dándole una atención que le hizo sentir especial; las
enfermeras comandadas por una monjita, eran un pan de Dios; necesitó sueros y
medicamentos, cama y ropa hospitalaria para ella y el crío (o sea yo) y mi
familia no tuvo que poner un solo centavo, que para entonces valían mucho, ya
que por un par de ellos se compraba una tortilla!
Si me hubiera tocado nacer uno de estos días por estos
dorados tiempos del internet y las minas, cuando estamos felizmente gobernados
por la pareja mano dura, mi madre al llegar al Hospital Nacional que ahora se
llama Jorge Vides Molina; se habría
encontrado que la consulta externa tiene al momento de escribir estas líneas
casi 30 días de estar cerrada, que las parturientas tienen que compartir cama,
que no hay ropa hospitalaria, que en virtud de no tener muchos de los insumos
necesarios, mi padre tendría que ir a buscarlos a alguna de las farmacias de
pueblo. Si pudiéramos sortear todas las
dificultades y lograr el ingreso, habría que arriesgarse con la enfermera nueva
que le teme a la sangre y por consiguiente no sabe como canalizar a la
paciente, logró el puesto porque es familiar, amiga, allegada o algo de una
oscura diputada. Si lográramos sortear la mala praxis, habría que llenar los
datos de ambos (madre e hijo) con otro funcionario que no sabe escribir, solo
textear por celular, pero que es secretario, gracias a que compró la plaza. En
el hipotético y suertudo caso que lográramos salir de ahí vivos, fijo iríamos
con un gran resfriado, pues la reparación millonaria del techo, sigue prodigando
lluvia sobre los pacientes (llueve sobre mojado).
Ahora bien, si el estado no puede brindarme a mí y mi madre
la salud a la que está obligado por mandato constitucional (y no puede)
tendríamos que acudir al sistema privado, el cual mermaría el escaso patrimonio
familiar en unos entre Q.5,000 y Q.10,000. Llevándome a mí y mi familia a
experimentar una pobreza más aguda.
Pero parece que esta realidad importa poco, no solo a las
autoridades, sino a la población en general, que permanece indiferente al justo
reclamo que los trabajadores de esta institución pública vienen haciendo desde
siempre, pero de forma más audible desde finales de abril.
Pidamos al Espíritu Santo, el gran celebrado en este
Pentecostés; que nos regale sus siete dones, o al menos el de la Piedad, para
que dejen/dejemos de ver con frialdad tantos y tan malos males.
Huehuetenango, fiesta
de Santa Rita de Casia, del 2014.
*Presidente Consejo Parroquial
Esa es la realidad de nuestros hospitales, no solo los de allá,sino todos los de Guatemala. Por eso suceden tantos fallecimientos de personas que mueren a las puertas de los hospitales o en las camillas de observación si bien les va. Por otro lado debido a esto han proliferado los hospitales privados que estarán de la manera más. Descarada a las personas que en su desesperación llegan a ellos. Y para muestra un botón, un hospitalito de quinta acá en la capital que por verlo humilde se pensó que serian muy concientes en el cobro...y resulto todo lo contrario, sin haber existido una emergencia el cobro que era de Q5,000.00 por 24 horas de atención se triplicó. Y quien podrá defendernos diría yo pero ni el Chapulin Colorado pues el dueño. expresó que una demanda más no le haría mella. Asi es que definitivamente tiempos pasados fueron mejores. Ojala que pronto se de la recopilación de todos sus comentarios para tener pronto en mis manos ese libro suyo que ya está casi hecho.
ResponderEliminarDoña Lety! Imprimiré con gusto un su ejemplar, lo empastaré de lujo y se lo enviaré con cariño! Saludos.
Eliminar