Cuarenta Años
“Los cuarenta son la
edad madura de la juventud y los cincuenta la juventud de la madurez”
Víctor Hugo
Los Principales de los Cuarenta
Por Gustavo Cano
Cumplo hoy cuarenta años. No ha faltado algún ingrato que al
percatarse de mi temprano arribo a la edad provecta, le ha dicho a mi esposa
que se alegre, pues puede hacerme ya sencillo por dos de veinte. Jocosa manera
de darle a uno la bienvenida a tan selecto club!
Cuando cumplí los siete u ocho añitos, mi madre insistió que
hiciéramos una piñata, la que nunca había tenido, porque no me agradaba la idea
de ser la prima dona y hacer grandes osos para deleite de grandes y chiquitos.
Lamido que es uno de güiro. Pero la cosa no fue tan mala, de hecho si hice el
ridículo porque me embarraron la cara con pastel (fea costumbre) dejándome el
fondant, como le llaman ahora y que antes le decíamos solo turrón, como engrudo
en los ojos, figurando el resto del jolgorio con un ojo más pache que el otro y
eso es ya mucho que decir, tomando en cuenta mis preciosos ojos chinitos. Pero
a cambio se me consintió todo el día, los regalitos se multiplicaron y no me
anduvieron obligando a tomarme el odioso jugo de tomate o zanahoria, el caldo
de hierbas amargas o de pollo, las insípidas verduras y que se yo tanta cosa de
horrible sabor o ¡sin él! Melindroso que es uno de güiro.
Cuando cumplí los quince, hice además, mi Confirmación, de
manos del Obispo Julio Amílcar, Dios lo tenga en un rincón de la gloria, me
puse el odioso traje, que siempre me ha disgustado no tanto por el traje en sí,
sino por el calor que hace en estas tierras y venga a incrementarse inhumanamente
con tanto trapo encima. No faltó alguna ingrata que me dijo que me vería mejor
en un vestido rosado. En la mera tarde con la excusa de mi cumpleaños y la
confirmación nos reunimos con unos amigos del colegio nos fuimos a comer pizza
y tomar cerveza, como era el agasajado me presentaron una niña muy guapa que
también hizo su confirmación ese día. No fue tan malo ser la prima dona ese día
tampoco. Suertudo que es uno de güiro.
Cuando cumplí los dieciocho, vivía en la capital por motivos
de estudio, en el curso de medio año, vaqueros le decíamos, el ingrato ingeniero
desoyó mi súplica y programó el final el meritito día de San Juan, apenas tenía
zona y pensaba que lo iba a tronar. Así que decidí no ir al examen, me dormí
temprano la víspera y dije para mis adentros, mañana día libre. Mi hermano
mayor ajeno a mis cavilaciones me despertó temprano y me dijo que ya era tarde
para mi examen. Le dije que no iría
porque seguro iba a tronar. Me dijo: no seas burro, andá. Y como tenía razón, fui.
Y como no tenía razón, gané. Listo que es uno de güiro!
Cuando cumplí los treinta y tres, los compañeros de trabajo
me hicieron una piñata, comimos pizza y tomamos cerveza; dijeron que como esta
edad es la de Cristo, seguro me crucificarián, así que me harían la
fiesta-despedida! Reunimos a todo el personal de la zona vial en donde laboraba,
regamos pino, comimos tamal, tomamos cerveza y tronó la marimba todo el día.
Popular que es uno de güiro!
Ahora que cumplo los cuarenta, mi esposa reunió a mi
familia, tomamos un rico caldo de hierbas, verduras al vapor y pechuga de pollo,
¡delicias! sople una velita cuando la cuenta llegó a cuarenta, recibí algunos
regalitos y solo me hizo falta tomar cerveza. ¡Amado que es uno de güiro!
La vida es tan preciosa que no nos hace sentir su paso! Y me
doy cuenta que soy tan feliz como cuando
tenía ocho, quince, dieciocho o treinta y tres, con la pequeña gran diferencia
de que ahora soy más consciente de ello. ¡Suertudo que es uno cuando comienza
ha ser un güiro maduro!
Como bien dice Ponchito López, lo mejor de la vida viene a
partir de los cuarenta!
¡Que así sea!
Huehuetenango,
Solemnidad del Nacimiento de San Juan Bautista, 2014.
Que bonita semblanza Don Gustavo y que bueno saber que es FELIZ cuando ya es un Güiro Mayor. !!
ResponderEliminarbonita reflexion don Gustavo, tarde pero que Dios le siga bendiciendo en gran manera, exitos,,,,
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