ENTRE GOLES
“Espero que este evento deportivo
constituya una auténtica ocasión de encuentro y fraternidad.” Papa Francisco
ENTRE GOLES
Por Gustavo Cano.
Al finalizar la fase de octavos del mundial de fútbol Rusia
2018, luego de cincuenta y seis partidos disputados por las diferentes
selecciones representativas de sus respectivos países se han anotado la nada
despreciable cantidad de ciento cincuenta y seis goles, muchos de ellos se han
constituido en unas verdaderas joyas que deleitaron no solo a los conocedores,
sino que también a los neófitos, a los hinchas y a los simples espectadores
ocasionales: por ejemplo el de Modric contra Argentina, el de pelota parada de
Cristiano Ronaldo contra España, el de Messi con una técnica soberbia contra
Nigeria, el de Colarov contra Costa Rica o el de Coutinho frente a Suiza.
Goles que avivaron las esperanzas de los fanáticos con la
ilusión de que sus equipos llegaran lejos en la competición, mejor si hasta
llegar a alzarse con la codiciada copa mundial de la Fifa, lo cierto es que
muchas de esas esperanzas pues se quedaron en eso, ya que de las joyas
enumeradas anteriormente, ayudaron solo a un par de equipos: Brasil y Croacia, que siguen en
la competencia.
Muchos consideran que este deporte, que mueve pasiones y se
constituye en un auténtico fenómeno de masas a nivel planetario,
particularmente en esta justa que se verifica cada cuatro años, se convierte en
un auténtico opio que distrae la atención de los temas que realmente importan
en la vida de los países y de las sociedades. En nuestro país por ejemplo, que
aunque no está representada directamente por nuestra selección nacional, los
fans escogemos equipos a los cuales se aúpan, gozando y sufriendo con las
pérdidas y la victorias. Descuidando sin duda, la agenda nacional: la lucha
contra la corrupción, la reforma del estado, la atención a los migrantes, la
construcción de viviendas a los damnificados por el volcán y un largo etcétera.
Sin embargo, justo y necesario es, dar un respiro a tanta
situación que nos envenena el alma y tratar de rellenar el pozo al que acudimos
constantemente, divagando un poco la mente con la justa deportiva: cual moderno
circo mediático que enfoca a los nuevos gladiadores, que matarán a sus
adversarios con inofensivos goles!!
En este precioso tiempo, abundamos los expertos que
fustigamos las alineaciones, las rotaciones, los cambios, los infantiles
errores defensivos, la poca técnica al definir, el abuso del juego individual,
la falta de espíritu y amor por los colores patrios… y de eso hablamos y debatimos
con el ayudante de la camioneta, la que vende pollo, el doctor que nos asiste
en la emergencia, con el cura que entre misa y misa, atiende el grito de gol
que se apaga en la sacristía… hasta que llega el rictus del minuto noventa. Que
da pie a la tertulia sin fin, esa que nos acerca, que nos comunica, que nos
hermana.
A la fecha unos cuantos partidos se han definido desde el
manchón del penal. Y al llegar a estas instancias de infarto en el todo o nada,
recuerdo la enseñanza del sumo pontífice, aficionado al fútbol como el más común
de los mortales: la vida es como un tiro al arco y vos sos el portero, tenés
que atajar el balón, como venga, no podés pedir gustos… y cuando de vez en
tarde, la luces se apagan, los gritos se han quedado en el recuerdo, los héroes
ya descansan en sus hoteles, tenés la satisfacción infinita de haber
contribuido con tu equipo a conseguir el amanecer victorioso.
Huehuetenango, finalizando octavos!
Fuente infobae.com |
Comentarios
Publicar un comentario