20S

 Al estallar el alba del 20 de septiembre de 1821, las primeras luces que el sol irradió sobre la sala capitular del ayuntamiento de Huehuetenango, sorprendió sin duda más de algún severo rostro que trataba de ocultar la agitación del espíritu que sin duda permeaba esa mañana entre los miembros del honorable concejo municipal, de ese pueblito enclavado en las faldas de los cuchumatanes. 


Porque no todo era sol y montaña, había también frío y brumas. 


Desde anteriores jornadas el anhelo de la emancipación crecía; pero especialmente desde que llegó el correo con los pliegos de la firma de independencia del hermano pueblo de Comitán, noticia que como reguero de pólvora fue incendiando el entusiasmo hasta el último rincón de la accidentada geografía de la antigua encomienda en tierra de ahuehuetls. Pero también, los naturales miedos a la furia del imperio que ya en el pasado, acá y en otras latitudes, aplastó con virulencia, mediante sangre y fuego esos arrebatos progresistas. 


Sin embargo, los dados estaban ya echados, las convocatorias hechas y el pueblo congregado. 


Como casi siempre, pudieron más los altos ideales y luego del recorrido del astro rey sobre la totalidad de la bóveda celeste, al iniciar las oraciones de la noche el acta de la libertad se firmó. En donde se afirma que permanecemos unidos a Guatemala siempre y cuando se abrace el partido de la independencia y se tenga un gobierno de acuerdo a las mayorías!


En este bicentécimo segundo aniversario de la firma de la independencia de está patria chica que soñamos grande, que merecemos grande, queremos exaltar la decisión heroica de ese cabildo del ayuntamiento del pueblo de Güegüetenango que dió un paso al frente signando un documento único en el concierto de pueblos de Centro América.


Pero más importante aún, queremos retomar la estafeta, con honor, con hidalguía y con la clara convicción que el único camino posible para la ciudad de Huehuetenango son los altos ideales: libertad, fraternidad, amor, paz y democracia!


¡Que viva Huehuehuetenango!




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