JARDIN DE LOS INFANTES

Por Gustavo Cano

Tiritando en una gélida mañana de enero del año 1979, a mis tiernos cuatro años y siete meses, deje la mano de mi abuelita, que solícita me llevó a la Escuela de Párvulos Edelmira Mauricio y me entregó, en un mar de lágrimas por parte del entonces infante, en la clase de la profesora Enma Chávez. Así principió mi educación formal que se extendió por alrededor de 20 años. Ese año fue sin lugar a dudas el más tortuoso de mi vida estudiantil, la mitad del tiempo la pase llorando de camino y en la escuela; y la otra mitad la pase refugiado en el techo de la casa, huyendo de la posibilidad del estudio. Recuerdo a mi profesora como una mujer abnegada en el oficio de enseñar, la cual me tuvo una paciencia proverbial y un cariño pródigo, pero nada me hizo cambiar de mi pelea irracional con el sistema. El último par de meses del ciclo lectivo no fui más, mi papá le dijo a su suegra, mi abuelita: pobre el nene, si no quiere ir a la escuela que no vaya más… mi tata siempre fue alcahuete con sus hijos…

Al año entrante, comenzó mi suplicio de nueva cuenta. Doña María Elvia, mi abuelita, que era la que normalmente se encargaba de lo relativo a mi educación parvularia, informó a mis papás que a pesar de mi deserción, me iban a recibir en la sección que me tocaba, vi con ojos de cachorrito recién destetado a mi papá, pero esta ves mis súplicas no hallaron eco. Mi maestra ahora sería la profesora Lily de Ovalle. El método de la Seño era más que el cariño, la disciplina. En efecto mi nueva maestra era una señora de carácter muy fuerte a quien bastaba una mirada para poner silencio en la clase. Al parecer eso era lo que necesitaba, pues ese año, seguramente con más de una ocasión de amargo llanto silencioso por las cuatro cuadras que separan la casa paternal de la escuela, finalmente lograron hacer de mi un alumno regular en la clase de blanca nieves, convirtiéndome en un estudiante destacado por no destacar en nada: la plasticina estaba reñida conmigo, no pasaba de embarrarla en la tabla; en la piscina de arena solo me insolaba; el rayito de sol, mi precioso libro de pre-primaria lo garabatee horriblemente; la trompeta que hice sonar ese año en la banda fue producto de la pena que provoque en el maestro Don Hugo Tánchez , quien al ver que ya me habían hecho mi uniforme de gala, un guerrera roja con cinturones y botones dorados, me puso en medio y me dijo: ¡solo hace como que tocás!

Hace un par de días salió un artículo interesante en el New York Times (comparte mi hermano José) acerca del impacto de largo alcance que tienen los maestros de la escuela pre-primaria (niños de 3 a 5 años). El artículo dice que una investigación de la U de Harvard encontró que aquellos niños que tuvieron las mejores notas y aprendieron más en el kínder, en su vida adulta era más probable que fueran y se graduaran de la universidad, tuvieron menos chances de convertirse en padres solteros, más chances de ahorrar para su vejez, y mejores oportunidades de tener salarios más altos. Mientras mejor preparados salieron del kínder, ¡mejor se desempeñaron en la vida adulta! Una excelente educación primaria, dice el estudio, enseña habilidades que duran toda la vida: paciencia, disciplina, modales y perseverancia. ¿De qué depende una excelente educación primaria? Primordialmente de EXCELENTES maestros, los niños aprenden más cuando los maestros los motivan a aprender, ayuda también que las clases sean pequeñas, 13-17 alumnos, los compañeritos importan también, mientras mejor sea la educación general de todos ellos, mejor se desempeñan todos; pero el elemento central es el maestro, mejor maestro, mejores alumnos.
Gracias a la paciencia y abnegación de estos tres maestros que hoy traigo a mi mente aunado a la perseverancia de mi anciana abuelita, hicieron que hoy sea si no un superman, por lo menos un ciudadano responsable y preocupado por el bien común.

¡Hagamos una apuesta por la educación en el Jardín de los Infantes!

Comentarios

  1. MUY BUENO EL ARTICULO, Y ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO. REZO PARA QUE LOS PADRES DE FAM. TAMBIEN APUESTEN POR EL JARDIN DE INFANTES. COMO LO NARRA TU HISTORIA, LA FAMILIA JUEGA UN PAPEL IMPORTANTE EN LA EDUCACIÓN. SALUDOS...

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  2. COMO SIEMPRE UN GRATO HONOR LEER SU ARTICULO...VENIAN A MI MENTE EN CONTRA PARTE OTRAS TRES FIGURAS ...USTED, DOÑA ELVIA Y DON ARNOLDO...CADA UNO CON SU PARTICULAR FORMA DE SER...MI CARIÑO Y RESPETO SIEMPRE

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