HOJA ROJA

“A mí me ha salido ya la hoja roja…” Miguel Delibes.

HOJA ROJA

A Esaú González.
Por Gustavo Cano.


Una soleada pero fresca tarde de verano del año 2010, convocamos a una reunión político partidista a Edgar Esaú, un buen amigo mío, que me había expresado con anterioridad su deseo de involucrarse de lleno en un proyecto de este talante. Como estudiante de Ciencias Políticas, le interesaba incursionar en un campo que sería el propio por mucho tiempo. Como el cierre de pensum y la convocatoria a las elecciones estaban a la vuelta de la esquina, el enrolamiento era apremiante.

Llegó temprano. Me saludó efusivamente, con un abrazo fraterno al que agregó el título honorífico de “hermano”, que era como nos saludábamos siempre, sin importar en que coordenadas del ancho mundo y del infinito tiempo coincidiéramos.

Y coincidíamos casualmente en muchas partes. En Misa; yendo al colegio donde daba clases o de regreso a la hora del almuerzo; en rezos pidiendo por enfermos o agonizantes, por difuntos y los deudos, por vocaciones o acciones de gracias; en restaurantes o en oficinas; en el facebook y más. Pero muchas veces también coincidimos causalmente, ya sea porque pasara por mi casa o yo a la de él, íbamos a orar, a platicar sobre la fe en Jesucristo, sobre los dilemas de la democracia, los problemas de la educación y de la violencia, o simplemente a comer algo echarnos un par de tragos y hablar filosóficamente con términos comunes y corrientes y a veces más corrientes que comunes del más universal de los temas para los hombres, nuestra admiración por las mujeres. Me llamaba por teléfono o me escribía mensajes, me contaba chistes y siempre le vi una sonrisa franca, para Esaú todo tenía su lado amable, su lado chusco y había que reír con ese lado. Nunca he conocido nadie más feliz o mejor dicho que hiciera tan feliz a las personas con su compañía, al menos a mí. Platicábamos mucho, es cierto, pero reíamos más. Sin importar si el tema era la nostalgia por mi padre muerto, por las enfermedades de nuestras madres o los líos con los hermanos. Siempre encontrábamos soluciones simples, idóneas e ideales a la luz de la cruz de Cristo; con la que estábamos comprometidos; para la compleja composición social de un Huehuetenango que amamos entrañablemente. Fruto de esas innumerables e interminables tertulias decidimos trabajar con ahínco sin desfallecer para ¡cambiar el mundo!, al menos, nuestro mundo.

Lo presenté a la dirigencia como lo que era, un buen amigo, un líder, una persona proactiva, entusiasta, apasionado por este terruño y con un altísimo compromiso social. Le cedieron la palabra y las palabras que este hermano les dirigió conquistaron. Nos hizo reír, nos hizo pensar, nos hizo desear que la acción ¡comenzará ya! para ponernos en movimiento. Solo debía convencer de que era el ideal para comenzar a organizar la célula de jóvenes, en cambio nos convenció de que era el ideal para dirigir el partido. Desde ese preciso momento la que era en ese entonces la dirigencia departamental del partido, dispuso que Edgar Esaú González Flores, se hiciera cargo de las juventudes del partido. En ese instante le salió la hoja roja al hermano, esa que avisa que quedan ya pocos cigarrillos en el paquete; solo que esta fue la que marcó que la madrugada del 6 de noviembre, apenas 18 meses después; en una actividad del partido al que conquistó, como conquistó todos los corazones de las agrupaciones a las que perteneció; fuera el fin de su vida terrena.

Obviamente nadie podía imaginar semejante infortunio. Pero a menudo pienso que Esaú lo sospechaba secretamente, porque vivió cada acontecimiento de forma intensa. Seguramente no solo estos últimos meses, sino toda su vida.

He escuchado con insistencia que se ha ido el día, sin embargo tengo la certeza que se ha ido en la víspera. Su ausencia marcará todos mis días de forma indeleble, pero como él mismo decía con insistencia ante los avatares de la vida, “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece.” Fil. 4, 13. Y esperaré confiado el día en que nuevamente coincidamos.

Comentarios

  1. ESAU....GRAN AMIGO....BONITAS PALABRAS ING. GUSTAVO CANO, GRACIAS POR BRINDARNOS ESTE PEDAZO DE HISTORIA QUE NOS HACE SENTIR QUE ESAU SEGUIRA PRESENTE SIEMPRE EN NUESTRAS VIDAS....

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

HOJA DE VIDA GUSTAVO CANO

María Elvia

20S