NOVIA DE NAVIDAD
NOVIA DE NAVIDAD
Por Gustavo Cano
V
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arado en el tráfico, mientras, a media tarde el sol cae
presuroso sobre el oeste a donde me dirijo, me ciega volviéndolo todo aureo,
los carros, la gente, el aire! Me saca del sopor el bocinazo que nos regala el
conductor que viene inmediatamente atrás de mí, para seguir todo exactamente
igual, menos la alegría.
-Te dije que no era buena idea sacar el carro este día
Mauricio; sábado antes de Navidad y con medio pueblo hecho mercado, ya estuvo
que llegamos mañana –Bueno mija, calmate
y aprovechemos este momento para cantar unos villancicos, saca el CD que compré
en aquella esquina, por favor amor y sin malas caras, que seguro dispondrán más
nuestro espíritu en lugar de recordar la parentela muerta de nuestras
autoridades y colegas choferes. Esa del niño de tambor, esa esta buena ¡dale
volumen! Y cuánto tiempo crees que va llevar para que te hagan las uñas?
–Supuestamente tengo cita, pero como llegaremos tarde y debe estar full haya
con la Rosita, calculo que un par de horas, cuando menos. Así que en este
tiempo muerto en lugar de regresarte para la casa, tal vez vas por el pan, por
las botas que dejé recomendadas en la zapatería y si podés pasar a quitarte el pelo, mejor
aún.
De camino a la panadería voy a donde la Mariana de
Monteforte, le prometí que esta Navidad fijo pasaría a saludarla. Hace como cinco
años que pasó a buscarme a la oficina. -Ingeniero le busca una señora que se
llama Mariana de Monteforte. –Mmm… no me suena para nada ese nombre como está
la doñita? –Pues parada y un poco inquieta pues viene con tres patojos que
imagino son sus hijos. -Mmm… pregúntele que cual será la naturaleza de su
visita solo que estoy un poco ocupado en este momento señorita secretaria y de
paso sus medidas! -Don Goloso dice la
señora que es por un asunto personal. Caramba, ahora que estoy solicitando
ayuda con mi plantación en FarmVille con mis amigos me cae la gorda. Ni modo,
haber que quiere la doña esta. –Dígale que pase.
-Mauricio ¡qué gusto verte! ¿Cuántos años han pasado?
–Gracias igualmente. Mmm… perdón ¿cúal es su nombre? – ¿Ya no te acuerdas de
mí? –Bien pero la seño no me dijo bien tu nombre por eso estoy un poco
confundido –Seguro te lo dijo bien, lo que pasa es que antes usaba más el de
Heidy, pero a mi marido le gusta más el de Mariana, por eso uso ese ahora y
claro el apellido de mi gordo. –Claro está, eso me desorientó. Creo que esta
vieja está más loca que los del Federico Mora, porque yo no le conozco pero ni
de perdida, una mole como esta no se olvida tan fácil. –Pero dígame doña
Mariana, o prefiere Heidy ¿qué le trae por estos caminos? –Pues nada, solo
andaba por el sector y como sé que este edificio es de tu familia quise pasar a
saber de ti y si estabas pues saludarte y saber cómo te va. Pero por lo visto
te va bien. Que bonita está tu oficina y te ves casi como en aquellos años… has
cambiado poco. –Gracias por las flores, pero creo que exagera, usted en cambio
como dice don Akabal si se ve como dicen las campanas: ¡tan galana tan galana!
–Tu si que exageras, veinte años más, tres hijos y muchas penas me han traído unas
libritas de más. Pero por favor tutéame que me siento incómoda con el usted. –Pues gracias por la visita, pero déjeme,
bueno déjame ser sincero, no recuerdo exactamente en qué circunstancias nos
conocimos o coincidimos. La verdad ¡ni idea!. –Oh que mala memoria, ¡fuimos
novios! Mira guardo en mi cartera una foto de esos años. ¿Y qué no guardan en
esas carteras? yo creo que hasta un paracaídas, aunque para esta mujer seguro
será necesario una carpa. –Oh, ahora si te recuerdo con claridad. Mentira. –Y
tus hijos ¿vienen contigo? –Sí, ven afuera y te los presento. Marianita, tiene ya 18 años. Carlitos tiene
14 y Pedro tiene 8. No recuerdo a la maistra como novia pero ya me está
gustando para suegra. –Mucho gusto jóvenes, ni duda cabe que son ustedes gente muy
apuesta. Mi nombre es Mauricio y somos amigos con su respetable madre de
familia antes que ustedes fueran siquiera un proyecto. Risas. –Bueno Mauricio
fue un gusto volverte a ver, acá está mi tarjeta, llámame y nos mantenemos en
contacto.
-Mauricio tené cuidado ya le pegaste en el codo a esa
señora, dejá de pensar en las muelas del gallo, ojalá sea por la Misa de Gallo,
o le vas a arruinar las fiestas a una familia. –Bueno amada, no me regañes, que
eso de ir a vuelta de rueda y tener luego un espacio para acelerar hace que uno
se emocione, como burrito sabanero. Pero bueno llegamos a tu punto de destino,
pegá el brinco ahí ligero para no quitarles la gracias a los demás y paso por
ti más tarde. –Esta bueno, no se te vaya a olvidar el pan, las botas y quitarte
el pelo! Chao.
A la Heidy la conocí en una posada que cabalmente fue por
acá en este barrio, pero cuantos libros tuve que bajar, ha cuantos tuve que
entrevistar, cuantas ingresos al arcaico Hi5 tuve que hacer!… para recordar esa
noche. Decidimos con mis amigos venir a esa Posadita, dijeron que cerrarían la
calle y que pondrían un buen D´J para que el baile tardara toda la noche. Nos
venimos en el carro del chino y llegamos ya cuando la cosa estaba mera buena.
–Mirá dijo el Rana, ahí está la Venadito, por la que no dejás de suspirar,
porque no vas a invitarla. –Mmm… el otro día se puso brava conmigo vos Rana, no
ves que le contó su prima que todavía ando con ella. –Vos andá y haber que pasa
y de paso averiguas con quien anda que está de buen ver. –Si esa de pantalón
blanco que le resalta su rodondito, firme y generoso derrier! –Hola Lucerito, como se ve usted de guapa esta
noche. No quiere ir a bailar conmigo. –Usted mejor ni me hable que lo que me
hizo no se lo voy a perdonar. –Pero de que hablas Lucerito, si hasta su regalo
de Navidad tengo ya, porque me quieres entristecer la fiesta, no seas malita!
–Nada, no me hable y no se diga más. –Bueno, pero al menos presénteme a su
amiga, para que no piense que en este pueblo somos incivilizados, porque usted
no es de acá verdad preciosa? –No te recomiendo que le hables a este fulano
Heidy! –Mucho gusto Heidy yo me llamo Mauricio. Le tomé la mano y procuré
besarle el dedo anular, ese que dicen tiene una vena directa al corazón. -Qué
loco! Me dijo –Y cómo no, replique en el acto, con ese pantalón tan blanco uno
se piensa, se sueña, se imagina, en las nubes! –Jum y ¿qué viste desde la nube
en que andabas? –Pues que más… esos sus ojasos negros que contrastan
brutalmente con el banco de su pantalón! –Mmm… ¿dame una razón por la que deba
hablarte contrario o lo que me recomienda mi amiga? –Pues deben de haber más de
cien palabras más de cien motivos, más cien pupilas que nos verán vivos, más de
cien mentiras, como dice Sabina; pero mejor te haré una profecía: podré
conocerte y eso hará que valga la pena noche, el frío, el riesgo y seguro lo
recordaremos con alegría dentro de veinte años. –Pero ¿sabes bailar bien? –No,
pero ya lo dijiste, soy loco y eso te divertirá –Jeje… bueno vamos a bailar!
Unas horas más tarde, o ¿fueron minutos? luego del infalible paso del mono;
nuestros labios se mezclaron y no quisieron despegarse más. Evidentemente
descubrí más de su anatomía esa noche, de la que revelaba la nívea palidez de
su pantalón. –Mi amor la Luchero ya se fue! –Hijuemadre y mis amigos también.
Ni modo ahora te voy a encaminar pero por la vía
económica. –Y ¿cuál es esa ruta? –Pues cual va hacer: a pata y comiendo frío.
–Jeje. Loco ya no te quiero. –Pues
bueno, entonces te vas sola! Jeje. –Malo! –Son bromas, le llevaré hasta su
castillo madam, mi vida por su virginidad! Digo por su vida! Jeje. Vamos. Unas pocas cuadras más adelante nos alcanzó
la Lucerito. –Vos la gran madre que tiempo te ando buscando, subite luego que
nos van a malmatar en la casa cuando se den cuenta de la hora! –Bueno mi amor,
nos vemos. Muack muack muack. –La gran madre ni que no se fueran a volver a
ver. Vamos. Oh… ¡ otra profecía!
Pan responde. ¡Hijuela el pan! Si no es por esa vaya de
campaña política no me recuerdo del pan y me llueve sobre mojado. ¡Joder! ya me
pasé dos cuadras. Pero parqueo por acá y voy a pata, total estoy acostumbrado a
estos trances, no en balde mi otro nombre es peligro: ¡Mauricio Peligro! Y que otra cosa fue la que me pidió mi angel
¿? Mmm… cortarme el pelo, pero eso será para año nuevo a ver que le invento,
que el peluquero agarró furia, o que tenía muchos pashtudos para recortarse las
patillas porque de seguro está volviendo la onda hipie… Pero había más… Ni modo
tal vez a la vuelta de allá con la novia olvidada, haber como lo recuerda ella,
pero sin duda como lo profeticé hace 20 años, nos reímos de la aventura.
-Buenas tardes disculpe ¿estará doña Mariana? –Buenas
tardes, no señor, tuvieron alguna emergencia y se regresaron para la Capital esta
mañana. Algún recado. –¡Oh! No, nada. Feliz Navidad.
Huehuetenango, Noche
Buena de 2014.
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