GOLOSON
"Ofrecer amistad al que busca
amor es dar pan al que se muere de sed." Gabriel García Márquez
GOLOSÓN
Sobre el amor y otras malas hierbas…
Por Gustavo Cano
“Pin Timm. Señoras y señores, les habla el capitán; ha
habido un derrame de aceite en la pista, por lo que nuestro vuelo al Aeropuerto
Juan Manuel Gálvez de Roatán ha sido retrasado por la autoridad aeroportuaria
por al menos dos horas; les suplicamos puedan pasar al área de espera en las
cómodas instalaciones del Aeropuerto Internacional de Golosón, La Ceiba; y
esperen la convocatoria de abordaje a esta aeronave de Aerolíneas Sosa.
Gracias”
Ante la eventualidad, alguno de los compañeros juerguistas
de Valentín propuso que a cambio de estar aburridos en la espera en la sala de
espera; porque el que espera desespera; mejor fueran a por unas cervecitas al
bar “Go Slow” que quedaba a inmediaciones. Dijo -matamos el tiempo y calmamos el
calor, rehidratábamos el cuerpo ante tan molesta humedad y saludamos más de
cerca a las guapas patojas que atienden el tan lúgubre antro, aquellas a
quienes pasamos diciéndoles adiós cuando veníamos de camino para abordar el
avión. Demás está decir que la propuesta fue aprobada no solo por
unanimidad sino que con la promesa de que las primeras rondas se le invitarían,
a tan brillante personaje por su preclara iniciativa, a cuenta del resto.
-¿Por qué tan triste
corazón? le preguntó al Vale una de
las patojas que alegraba el Go Slow. -Ve
despacio. Se dijo a sus adentros. Cuatro días de fiesta repartidos por la vasta
geografía entre Huehuetenango y La Ceiba, habían calado ya hondo su carnavalesco
cuerpo y espíritu. Goma le llaman algunos. Aunado a que los mosquitos no le
habían dado tregua la noche anterior, el calor y la humedad que abundaba más
que los parroquianos en aquella cantina, le hizo quedarse tranquilo en una
mesita, mientras sus compañeros calaveras se habían ido ya en busca de
estrechar lazos de amistad en el sitio de marras.
-¡Porque más ha de
ser! Le dijo casi suspirando. Es el día
de San Valentín, Santo Patrono de los enamorados, para lo que soy fácil… y mi
cumpleaños pero veme aquí ¡solo! Es justo que esté triste ¿no creés? –Oh, le
dijo, vamos a bailar, así celebras los
gozos y se te olvida lo que te acongoja.
No tenía el muchacho ni la más peregrina gana de hacer
semejante cosa. Pero la patoja era muy guapa. Llevaba un vestido rojo (bueno
todas llevaban vestidos rojos) con moño, muy escotado y bastante más arriba de
las rodillas; de esos que sus amigos llamaban tipo comix: una cuarta y hoyito
mío; complementado con unos zapatos de tacones muy altos y muy rojos como sus
labios. Pero lo que le convenció más de ir a mover el bote fue la taciturna
mirada con la que le lanzó la invitación, amén, de que al decirlo ¡ya lo estaba
llevando de la mano!
Entre las luces, el humo y los ritmos punta; sacó sus mejores
pasos: el del caracol, el de la mona llorosa, el del caballito de palo, el del
finado Jackson y otros igual de buenos. Aunque sus dones histriónicos en la
danza le causaban mucha risa, su mirada definitiva develaba una tristeza proverbial
que le embargaba el espíritu.
Sonó entonces una romántica; esa que dice “muévelo, muévelo,
como lo goza” con la melodiosa voz del General, sabía que el tiempo corría a
sotavento, así que dijo para sus adentros -Ve
más rápido en el Go Slow (que ironía!). La tomó por el talle y le susurró
al oído -¿puedo besarte? A lo que
asintió llevando sus labios muy rojos y muy carnosos sobre los del Valentín.
-Mirá vos golosón,
le dijo el último de sus amigos que estaba en sport bar, acercándose con
discreción; ese negrón de rastas que está
a las doce en punto es el proxeneta de esta patoja; le oí decir que si no
propinás una buena propina; te propinará o le propinará; una buena tunda a vos
o a la canchita esta o a ambos por enamoradizos. Así que mejor ponete pilas y
vonós a la mierda en caliente.
–Adelantate. Le
contestó.
Pidío una Coca-Cola, dejó en su corpiño un billete verde con
un muy sonriente mincho franklin, se acercó con despiste al de rastas, como que
no era con él el asunto, e hizo colisionar con contundencia su helada Coca-Cola
en su alborotada melena.
¿Quién puede negar que fue éste un acto de amor?
Feliz día de San Valentín, Santo Patrono de los Enamorados!
Tajahuaquix,
Huehuetenango, 14 de Febrero de 2015.
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