NON GRATO
“El más
oscuro rincón del infierno está reservado para aquellos que conservan su
neutralidad en tiempos de crisis moral.” Dante Alighieri.
NON GRATO
Por Gustavo Cano
Una familia
constantemente abusada por el papá en su dignidad y ya cansada de estar
enviando a sus mejores hijos a trabajar lejos del amor de los congéneres y el
apego a la tierra natal, encontró la fórmula mediante la cual podían cesar esas
exacciones que anulan el desarrollo integral de sus miembros y consistía en la
supervisión constante de este abusador por parte de un miembro de la comunidad
y la respectiva denuncia ante la autoridad pertinente cuando se le sorprendiera
en actividades ilegales y contrarias al bien de la familia. Pasaron un par de
supervisores con más pena que gloria, pero finalmente llegó uno responsable que
luego de un corto tiempo de contar costillas pronto encontró que faltaban más
de una… al poco tiempo el papá en cuestión, terminó no solo de patitas en la
calle, sino que con las patitas en el bote, acusado de ladrón. Pero la señora
de la casa es de buen ver, de buena estirpe y con muchos recursos, por lo que
el cantineo de un candidato a papá empezó luego a sonar fuerte y a endulzar el
oído no solo de la señora si no de la familia en general. Se hizo una elección
y la palabra de este encantador: ni corrupto ni ladrón pegó! Y pronto se hizo
cargo de la familia, con el pedido expreso: que me investigue este honorable, a
mí y a los míos. Así lo hizo y cuando la correspondiente denuncia llegó, esté
encontró un atajo y decidió mandarlo fuera de la casa, pero la ley no lo
permitió… esta historia continuará…
Este ejemplo ficticio ilustra lo que le hizo el señor
presidente, al jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad CICIG, al
nombrarlo Non Grato, que en términos más simples que los diplomáticos significaría
darle una patada en el lugar donde la espalda pierde su digno nombre, en agradecimiento
a sus buenos oficios y quitarse así de una buena vez el zope del anca.
La lucha contra la corrupción y la impunidad no tiene
bandera política, ni es cuestión de ideologías: de derechas o izquierdas; tan
solo es cuestión de principios, valores morales y el compromiso irrenunciable
al bien común.
El argumento retorcido de que la CICIG no sirve porque los
que yo quiero no han caído, es moralmente inaceptable. Un ladrón menos en el
sistema, siempre será buena noticia y habrá que esperar que la cola vaya
avanzando, porque el “Luzbel de piedralumbre sobre la podredumbre” (como dijo
el poeta) está enraizado a niveles de escándalo. Porque ¿hasta dónde llega la
corrupción?
Las instituciones son las personas, entonces las
instituciones son tan buenas como las personas que la hacen posible, por lo
tanto el estribillo CICIG si / Iván no, tiene la trampa de que conseguir otro
Iván no será tan sencillo, a menos “que lo clonemos” como dijo el señor
Guterres secretario general de ONU.
La polarización, seguramente hace mella en la cruzada contra
los pillos enriquecidos a costa del hambre, la pobreza, la inequidad y la
muerte de los guatemaltecos, pero no hay otro camino o estamos con los que han
materializado el anhelo de un gobierno honrado al servicio del pueblo o
desparramamos en beneficio de los rateros de cuello blanco.
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