CONVOCATORIA
“No te llamarán más <Abandonada>…”
Isaías 62,4
CONVOCATORIA
Por Gustavo Cano.
Convocado es una palabra de uso más bien escaso en el argot
cotidiano del pueblo, por lo que se hace imperiosa la búsqueda de sus
acepciones más conocidas. Buscando el origen de este vocablo, lo hallaremos en
la Grecia antigua, usada para invitar o para citar.
En el primer momento: como invitación, la respuesta
dependerá del ánimo del interpelado. Si este gusta dirá que sí y si no pues
simplemente desdeñará la invitación recibida.
En el segundo momento, como citación, la respuesta dependerá
de la fuerza coercitiva del invitante. Sonaría a: o vas o te atienes a las
consecuencias.
El recién pasado 18 de enero, el tribunal supremo electoral
“convoca a los ciudadanos de todos los distritos electorales de la República de
Guatemala, a Elecciones Generales,” cosa de indagar será pues la respuesta que a ella hagamos.
Se hace evidente que responder a la invitación a participar
en un sistema político que se ha basado en la compra de voluntades, en la venta
de castillos de humo, la supresión de libertades para elegir, el engaño
sistemático, la descalificación, el insulto, las medias verdades, la calumnia,
la difamación y la decepción generalizada; se hace poco halagüeña. Pero como es
obvio, determinar que todos los dedos de la mano tienen el mismo largo, es
necedad y maldad en si misma; análogamente pensar que todo está podrido y corrompido, es un
acto voluntario de abandono a las fuerzas del mal y la desesperanza.
Por otra parte responder a una citación, va en el plano más bien obligatorio.
En donde hacerlo es cumplir y no hacerlo es caer en una infracción que es sujeta
a una sanción. Ser citado a ejercer el derecho y la obligación a elegir y/o ser
electo en nuestro sistema democrático incipiente, que hace gala de debilidad y agotamiento a pesar de no haber pasado de pollo a gavilán en ningún
momento, pareciera que podría aplicar un castigo más bien poco significativo en el
marco estrictamente tangible. Pero en el plano intangible, significaría aportar
una piedra más al muro que no deja que los ciudadanos se impliquen en su
destino.
Sin embargo, la convocatoria, lleva aparejada en un plano
ulterior una motivación mucho más alta: el amor a la tierra, en la que por
providencia, el Señor nos ha plantado para florecer y dar fruto. Un no sé qué,
que está más allá de nuestras pequeñeces e inquinas producto de nuestra
mundanidad.
Por ende, esta convocatoria será entonces una aventura de
amor, marcada por sus naturales pasiones, pero que para ser amor y no un simple
retozo verraco hormonal, lleva la búsqueda y la consecución del bien del amado,
aunque; como dijo el filósofo mexicano; mal paguen ellas!
Nos adentramos entonces a responder con entusiasmo; con el
galanteo propicio de quien besa la mano prometida; a la patria chica que hoy
nos hace un guiño para que la honremos.
El paso previo a una participación política es la educación cívica, el civismo, el amor por el país y su gente; al tener dicha conciencia, no podemos decir NO a una convocatoria. Felicitaciones.
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