¿Qué es la libertad y dónde se encuentra?
¿Qué es la libertad y dónde se encuentra?
Por Gustavo Cano.
Este 15 de septiembre celebramos en Guatemala y Centro América el CXC Aniversario de vida independiente como nación soberana y libre de guiar sus pasos en el devenir del tiempo, ahora bien, se cuestiona el hecho de que el logro independentista no fue más que una simple conspiración que beneficiaría los intereses creados de los que fraguaron el hecho.
Sin importar si este acontecimiento, fue solo una triquiñuela destinada a satisfacer los intereses de unos pocos, o la justa de verdaderos patriotas; el hecho es que los eventos que se dieron en los días de septiembre de 1821, marcaron el nacimiento de un grupo de naciones que renunciaron al vasallaje de un rey despótico que guiaba a su antojo los destinos de estas tierras y de sus vasallos, teniendo como prioridad su renta y optaron entonces por la democracia, la autodeterminación, por un gobierno que no nos considera (o al menos así debería de ser) ni vasallos, ni esclavos; sino amos, a los que debe de servirse.
Dada esta coyuntura, puesta en la mesa hace ya casi dos centurias, motivada por oscuros anhelos, o por altruistas ideales, surgió el sentimiento de nación, que en todas las épocas embarga a los nacidos en solar patrio, tierra de árboles y del quetzal…
Ahora bien, ¿qué es eso de libertad?
Para mí, la libertad no es más que la oportunidad que tenemos de realizar las más diversas acciones con el objeto de alcanzar las metas que satisfagan nuestras más insospechadas necesidades; las cuales no deben significar daño o detrimento del prójimo.
Entonces, ¿el acta de independencia del 15 de septiembre de 1821 logró darnos esa libertad? Sin duda alguna, este hecho histórico no significo la coronación o la culminación de este anhelo libertario, sino es más bien el inicio de un camino que lleva hoy 190 años, en el cual la suma de las acciones individuales o de grupo, han dejado de estar al servicio de un rey y pasaron a estar encaminadas a la edificación del bien común. No fue llegar a la meta, pero si al despuente del alba victorioso de esa señora esquiva llamada ¡Libertad!
Algunos autores al cuestionar la libertad del país, mencionan siempre el hecho de la dependencia económica que nuestro país tiene respecto de naciones más desarrolladas, merced al crédito del que el estado es receptor por parte de organismos dedicados a este propósito, o bien a la penetración que las multinacionales han tenido en los últimos años en el mercado local. Pero estos son hechos meramente mercantiles y que debería suscitar desarrollo, sin menoscabo de la identidad nacional o la pérdida de la autodeterminación a la que como nación tenemos derecho. Además la interrelación que como país y como individuos tenemos con el resto de mundo, es parte del fenómeno de la globalización a la que todos estamos expuestos y que nadie puede evitar. Nosotros necesitamos del crédito y de sus productos manufacturados, ellos de nuestro oxígeno y de nuestras materia primas. Pero ese hecho ni puede, ni debe significar el desmedro de la soberanía del suelo patrio.
Pero ¿dónde se encuentra la libertad?
Se encuentra impreso en nuestra naturaleza humana. Ansia que podemos describir con los versos de Rubén Darío:
…quise encerrarme dentro de mí mismo,
y tuve hambre de espacio y sed de cielo…
Porque un hombre que no es libre ¿es realmente hombre?
Tendremos un país en la senda correcta, cuando se proclame sin miedo y con respeto la verdad de las cosas, de los acontecimientos y de las circunstancias que nos rodean, porque escrito está “conocerán la verdad y la verdad los hará libres" Jn. 8,32.
¡Feliz día de la independencia!
Por Gustavo Cano.
Este 15 de septiembre celebramos en Guatemala y Centro América el CXC Aniversario de vida independiente como nación soberana y libre de guiar sus pasos en el devenir del tiempo, ahora bien, se cuestiona el hecho de que el logro independentista no fue más que una simple conspiración que beneficiaría los intereses creados de los que fraguaron el hecho.
Sin importar si este acontecimiento, fue solo una triquiñuela destinada a satisfacer los intereses de unos pocos, o la justa de verdaderos patriotas; el hecho es que los eventos que se dieron en los días de septiembre de 1821, marcaron el nacimiento de un grupo de naciones que renunciaron al vasallaje de un rey despótico que guiaba a su antojo los destinos de estas tierras y de sus vasallos, teniendo como prioridad su renta y optaron entonces por la democracia, la autodeterminación, por un gobierno que no nos considera (o al menos así debería de ser) ni vasallos, ni esclavos; sino amos, a los que debe de servirse.
Dada esta coyuntura, puesta en la mesa hace ya casi dos centurias, motivada por oscuros anhelos, o por altruistas ideales, surgió el sentimiento de nación, que en todas las épocas embarga a los nacidos en solar patrio, tierra de árboles y del quetzal…
Ahora bien, ¿qué es eso de libertad?
Para mí, la libertad no es más que la oportunidad que tenemos de realizar las más diversas acciones con el objeto de alcanzar las metas que satisfagan nuestras más insospechadas necesidades; las cuales no deben significar daño o detrimento del prójimo.
Entonces, ¿el acta de independencia del 15 de septiembre de 1821 logró darnos esa libertad? Sin duda alguna, este hecho histórico no significo la coronación o la culminación de este anhelo libertario, sino es más bien el inicio de un camino que lleva hoy 190 años, en el cual la suma de las acciones individuales o de grupo, han dejado de estar al servicio de un rey y pasaron a estar encaminadas a la edificación del bien común. No fue llegar a la meta, pero si al despuente del alba victorioso de esa señora esquiva llamada ¡Libertad!
Algunos autores al cuestionar la libertad del país, mencionan siempre el hecho de la dependencia económica que nuestro país tiene respecto de naciones más desarrolladas, merced al crédito del que el estado es receptor por parte de organismos dedicados a este propósito, o bien a la penetración que las multinacionales han tenido en los últimos años en el mercado local. Pero estos son hechos meramente mercantiles y que debería suscitar desarrollo, sin menoscabo de la identidad nacional o la pérdida de la autodeterminación a la que como nación tenemos derecho. Además la interrelación que como país y como individuos tenemos con el resto de mundo, es parte del fenómeno de la globalización a la que todos estamos expuestos y que nadie puede evitar. Nosotros necesitamos del crédito y de sus productos manufacturados, ellos de nuestro oxígeno y de nuestras materia primas. Pero ese hecho ni puede, ni debe significar el desmedro de la soberanía del suelo patrio.
Pero ¿dónde se encuentra la libertad?
Se encuentra impreso en nuestra naturaleza humana. Ansia que podemos describir con los versos de Rubén Darío:
…quise encerrarme dentro de mí mismo,
y tuve hambre de espacio y sed de cielo…
Porque un hombre que no es libre ¿es realmente hombre?
Tendremos un país en la senda correcta, cuando se proclame sin miedo y con respeto la verdad de las cosas, de los acontecimientos y de las circunstancias que nos rodean, porque escrito está “conocerán la verdad y la verdad los hará libres" Jn. 8,32.
¡Feliz día de la independencia!
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