BISIESTO



“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”  Antonio Machado.

BISIESTO

Por Gustavo Cano

Un amigo que me fue a buscar en estos días desaforados del fin de año me confió que tenía pena por este 2016. Intrigado por su aflicción inquirí sobre el asunto: Las abuelitas de antes, me dijo cabizbajo, decían que los años bisiestos traen muchas desgracias. Y como va la fiesta a estas alturas del año, pues nada bueno nos podrá traer el año nuevo. ¿Y cómo van las cosas pues mi amigo? Pregunté para saber un poco más sobre su sentir. Pues ya ve, nuestro Huehue está en la calle de la amargura, sin espacios públicos libres donde irse encontrando uno con sus vecinos, con sus amigos, donde las familias coincidan y se distraigan. Sin servicios públicos eficientes: empezando por el agua, cada día más racionada, la energía eléctrica brillando por su ausencia en los momentos más especiales, el transporte público en trapos de cucaracha, los cada vez más grandes y frecuentes atascos viales, sin contar las calles que están pedazos regulares y pedazos en pedazos, anegados de basura y drenajes a flor de tierra. Por si fuera poco dicen que la municipalidad quedará muy comprometida financieramente y que su margen de acción será muy escaso.  Pues la verdad, es que ha dicho verdad amigo, le confirme con tristeza.

En el mensaje de la jornada mundial por la paz que celebró este primero de enero, el obispo de Roma, nos hace un llamado apremiante para que nos demos cuenta que la paz más que un obsequio, es un premio… Premio que se gana, que se conquista trabajando decididamente por ella. El amigo que me expresó sus inquietudes sobre el futuro inmediato acertó (según mis apreciaciones) en el peligro inminente de un quiebre social importante en la vida de nuestro municipio, en virtud que el ya deteriorado tejido social se ha visto ferozmente acosado por una autoridad municipal que se ha olvidado del mandato legal que tiene de velar por el bien común de los estresados ciudadanos.

La vida, la convivencia social se hace cada día menos agradable, fruto de la escases de iniciativas que  la generen y propicien. Evidentemente un período de transición tan largo, desde las elecciones hasta el traspaso de gobierno es definitivamente malsano.

Si no se trabaja en aras de ir reconstruyendo estos espacios vitales que han sido robados al colectivo, es altamente probable que efectivamente el 2016 sea un año de quiebre. Y eso no es bueno para nadie. Por lo tanto es importante que para conquistar la paz, venzamos la indiferencia.

A las nuevas autoridades el llamado a que convoquen inmediatamente a todos los sectores y fuerzas vivas de la sociedad para que juntos encontremos caminos por los cuales vayamos transitando como pueblo para que finalmente conquistemos la añorada paz y la felicidad. Esfuerzos aislados tendrán resultados muy exiguos y las tareas pendientes son titánicas.

Este año bisiesto será de alegrías y bendiciones, siempre y cuando nos esforcemos por así lograrlo.

Feliz año… a pesar de ser bisiesto.


Huehuetenango, día de Reyes 2016.

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