¡Ha Muerto el 2015! ¡Que viva el 2016!


¡Ha Muerto el 2015!
¡Que viva el 2016!

Por Gustavo Cano

Mi abuelita me decía: “mirá mijo para burro no se estudia; así que si no querés pasar del corredor con que seas maceta está bueno”.

Ahora que el año llega a su ocaso, es un buen momento para hacer un alto y evaluar a conciencia cuales han sido los buenos momentos que este nos ha dejado y cuáles han sido los amargos, porque bien sabido es que no hay cara sin cruz. Y también es momento para que nos demos perfecta cuenta de cuales han sido los motivos, las causas, los detonantes; tanto de aquellos que podemos llamar aciertos,  logros o victorias; como de los desaciertos, derrotas o fracasos que sin duda ha dejado este año en nuestras vidas y que lo hará parte ya de la historia colectiva de nuestro pueblo.

Para hacer una buena evaluación, como quien dice tomarle la temperatura a este ciclo de vida, habrá que ir y revisar cuales fueron las metas, los objetivos que al inicio del año nos trazamos. Metas que le dan un rumbo, un sentido a la existencia y que de hecho son claros motivadores en la labor de todos los días.

Asumir esta evaluación, no debe de ser motivo de desazón o de tristeza, porque infranqueablemente nos encontraremos que muchas de estas metas aún están lejos de ser una realidad, pero como dijo un escritor español “para dar en el clavo, hay que errar cien veces” y si erramos ya cincuenta… pues es claro que estamos lejos, pero cada vez más cerca de nuestro preciado objetivo.

La “meta” será pues una motivador. Un lugar al que llegar, porque sin metas, sin rumbo, lo más probablemente es que no lleguemos a ninguna parte, o a cualquiera; y en desarrollo personal que es sinónimo de encontrar la felicidad, si no avanzamos es como si retrocediéramos.

Es un buen momento entonces para celebrar la vida, la vida que gozamos y la vida de los que ya no estando con nosotros, hicieron de este año uno único; en las últimas horas del año que muere abraza a tu ser querido y dile al oído que le amas, recargará pilas el amado y el amador!

Evalúa con optimismo lo mucho que avanzaste este año en tus relaciones familiares, laborales, sociales, en el amor! Y ponte nuevas y audaces metas, que estén al alcance de la mano, deja de pensar en pequeño porque eres hijo de Dios, llamado a la vida eterna.  Ponlo por escrito y con un espíritu emprendedor, lánzate al 2016 a conseguir todo lo que tu corazón anhela, no olvidando que la única y verdadera frontera, son los deseos de los corazones de tú prójimo.

Lo que Dios te pide (y me pide) para este año nuevo es esto: “practica la justicia, ama entrañablemente y camina en la historia de la mano de Dios” Cf. Mi. 6,8.


¡Feliz Año Nuevo!

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